domingo, 7 de noviembre de 2021

EL QUE LA HACE......

 EL QUE LA HACE…

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A los doce años de vida, a Antonia le cambiaron su niñez por la esclavitud disfrazada de un matrimonio.

Don Nabor, dueño de la tienda del pueblo, recientemente viudo, se presentó con Ceferino, padre de la niña, para solicitarla en matrimonio a cambio de diez mil pesos, cinco chivas y dos terneras; llevó como presente  cinco botellas de mezcal, un collar y una muñeca de trapo para Antonia. La pequeña escuchó los acuerdos y bienes depositados por ella con el mutismo obligado por el desconcierto y desesperación de algo que no entendía .

Pasó a ser la sirvienta de Josefa, hija de su esposo y la servidora sexual de Nabor. No se le permitió más, visitar a su familia. Antonia parió a los dos años de casada con una comadrona improvisada, empleada  de la casa. Por presiones del párroco y autoridades civiles, Nabor y su hija, aunque no reconocieron a la niña como parte de la familia, tuvieron que aceptar  que se bautizara y registrara 

Una de las actividades de Antonia era pastorear al ganado, le encantaba disfrutar la naturaleza, se sentía libre recostada en la pradera  dejando volar a sus pensamientos sin ataduras, sin sentir la mirada vigilante de sus opresores; gozar el único ejercicio libre de su existencia; fantaseaba con visiones de una vida diferente. Un día, divagando en esos menesteres, escuchó pisadas en los matorrales cercanos, volteó y encontró la mirada curiosa de un campesino, portando un fusil al hombro. El delgado joven la tranquilizó, dijo ser parte de un grupo en rebeldía y que solo quería platicar. Se sentó junto a ella diciendo llamarse Justino. Platicaron largamente, agostando el tiempo con el mismo entusiasmo que el ganado lo hacía con el pastizal. Los encuentros se hicieron cotidianos y el enamoramiento enraizó en la tierra yerma de dos seres a la deriva. Justino conoció la vida de Antonia y los deseos de salir de la esclavitud en que se encontraba.


El pueblo despertó con la noticia de que Don Nabor y su hija había sido secuestrados y que el “Ejército del  Pueblo” pedía una cantidad elevada para su liberación. Antonia, asesorada por las autoridades, trató de negociar, sin éxito. La comunicación con los raptores… se perdió.

Ahora, Antonia se  encarga de la tienda del pueblo y… su esposo Justino, del Ganado.         7de noviembre 2021