jueves, 26 de febrero de 2015

El pájaro de fuego

El pájaro de fuego


…Quizá aquí seas Don Verdadero,
 pero en el mundo real eres un maldito fraude.
¾¿Por qué no tengo autoestima?
Frases de la película Birdman

Antonio salió del cine pensativo, la película lo había decepcionado, no podía creer que un paladín de la libertad y la justicia fuera tratado así. No aceptaba que el superhéroe de sus aventuras de la niñez lo presentaran como a un actor decadente. Todos los niños de aquella época soñaban con ser Birdman, el héroe de la justicia, capaz de volar con sus grandes alas, proyectar escudos de fuerza y disparar rayos solares, acompañado por Vengador, un águila, que al grito de guerra: ¡Biiiirdman!, atacaba a los maleantes.
            Llegó de mal humor a la vecindad, cruzó el zaguán, caminó en la penumbra bosquejada con sombras, que adosadas a las paredes desprendían tufos alcohólicos y fumaradas de petate. Con la oscuridad del callejón llegó a su departamento. Encendió la luz, y la imagen de un gran cartel de Birdman de piso a techo, lo abrazó desde la pared. Dos cuartos constituían toda la vivienda: la cocina-comedor y la recámara estrecha y desarreglada. Los muros ancestrales  salpicaban nubes de salitre a los carteles del héroe favorito. Puso en el reproductor la Suite del Pájaro de fuego de Stravinsky y encedió un porro. Recostado en el sillón cerró los ojos y siguió la música que lo introdujo a un mundo de colores, en los que se mezclaba danzando en un jardín encantado, de naturaleza abundante y olores confundidos saturados de humedad. El lamento de una sordina en las notas graves, los contrabajos y violoncelos, creó la atmósfera  naranja que lo adentró en un mundo fantástico y desconocido.
            Dio una profunda aspirada al cigarro, reteniendo el humo durante varios segundos. La abundante percusión y el sonido de las tubas en la Danza infernal lo cimbró y llenó de colores oscuros. Sintió la música rebotando en su caja torácica y el fluir de la resonancia por los nervios relajándolo en llamaradas amarillo rojizo. En su mente, Kastchey el brujo, el Pájaro de fuego y el Príncipe Ivan, hacían patente la oposición entre un mundo real, humano, y el mágico. Caminó por el bosque de árboles enormes y verde maleza; entre los arbustos descubrió al pájaro de fuego, lo persigue y después de luchar con él, lo atrapa. El animal suplica, implora libertad y lo conmueve. Antonio lo suelta; esta acción es compensada con una pluma mágica que el ave se arranca de la cola. La sostiene  en su mano y la observa… Se levanta del sofá, y parado ante el espejo  se observa la espalda, ¡la pluma es de él!, ¡tiene alas!...  El destino le ha cumplido su más grande deseo: ¡ser Birdman!
Apresurado prueba su rayo solar, extendiendo las manos y señalando con los dedos pulgares; una vibración recorre su cuerpo hasta salir explosiva en dos centellas amarillentas, desquebrajando el espejo. Una amplia sonrisa ilumina su semblante al comprobar el resultado. “Estoy listo para vigilar las calles y defender a los ciudadanos. No, aún no, falta mi traje. Un superhéroe debe vestido para imponer miedo y respeto”.
            Buscó un traje de baño negro, y lo más cercano que encontró fue una trusa bikini“Ésta servirá, de lejos no se nota… Ahora las mallas”. Se acordó que Betina en su última noche de amor, había olvidado sus mallones amarillos, se los probó… “Me quedan perfectos, hasta me veo musculoso”. Faltaba la camiseta. Escudriñó por todos lados hasta encontrar una amarilla; no muy convencido se la puso, metiéndola debajo del traje de baño. “Al fin que todos me verán de frente”. Al voltear de espaldas, en el espejo roto se vio una leyenda con letras negras: “No al desafuero de López Obrador”
            Por la azotea comenzó a recorrer la vecindad. A pocos metros de su recorrido oyó gritos de mujer: ¡No!... ¡no!... ¡no!... ¡Ya no más! Sin pensarlo, emitió su famoso grito: ¡Biiiirdmaaan! y corrió por los bordes para volar y caer en picada sobre el agresor. Al impactarse estruendosamente sobre los botes metálicos, el borbotón sangriento rodeó el cuerpo de una sombra bermeja, semejando las alas de un ave en el contorno de los brazos extendidos.
            —¿Qué pasa, Pepe?...
            —Nada, Betina. Es el pendejo de tu novio que anda bien drogo. Entonces qué, reina… ¿Nos echamos el otro?

            —¡No!, ¡ya no más!… a menos que me des otros cincuenta pesos.

domingo, 8 de febrero de 2015

Vigilia (minificción)

















Vigilia

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Cuando el pobre tiene
 para carne... es vigilia.
Dicho popular

Durmió como nunca, como si hubiera muerto. Con la curiosidad intensa de ver si su boleto de la lotería había sido premiado, lo dejó en el escritorio y comenzó a comparar números en la computadora: Terminación en 8... ¡Ja! Reintegro… premio mayor, 46708… ¡46708!... ¡Soy rico! ¡Diez millones de pesos! Podré pagar mis deudas y enviar a Laurita a una buena escuela. Laura y su madre descubrieron el cuerpo inerte, lloraron amargamente  y... Apagaron la computadora.



5 de febrero de 2015