domingo, 7 de mayo de 2017

Temor

Temor


Gárgamel

Francisco tenía un pie en la ilusión y otro en la realidad secreta. Era un renombrado científico de acendrados valores morales, practicante de la religión y fiel creyente. Había vivido sus setenta y cinco años en la honrada sencillez de quien quiere estar en la plácida armonía que otorga la cercanía con el Creador. Pero albergaba en su interior el virus del conocimiento científico, que lo corroía mostrándole la realidad: el choque de la fe en creencias que no estaban sustentadas con pruebas, contra la realidad fría y secreta de la inmensidad del universo desarrollado circunstancialmente. La vida diseñada por un ente superior o, la génesis como producto del azar.
El cáncer le royó las entrañas y lo postró en cama. Ya para morir, se dio cuenta de que la enfermedad también había carcomido al virus científico que le había complicado la existencia. Así qué, mandó llamar al cura e… inició el camino de la intimidad con Dios.


7 de mayo de 2017