martes, 2 de febrero de 2021

Creatividad independiente

 Creatividad independiente 

Gárgamel


La luna, embozada tras hipócritas nubes, penetraba fría por la pequeña ventana, sus rayos se esparcían en un abanico entrecano sobre el piso oscuro. Horacio, con una taza de café en la mano, recorría el escaso espacio cavilando en esas primeras horas del día sobre la temática de su próximo relato. La pantalla de la computadora parpadeó llamando su atención. Se dirigió  hacia ella y observó la imagen de su blog en el que tenía registrados sus cuentos: 313. “En  siete años de escritura ese número de relatos, no está mal”, pensó.Y, cambió al programa de edición.

Tomó un trago de su café y  se cuestionó  sobre cuáles eran los factores que le habían permitido escribir tal cantidad de historias en ese tiempo. Determinó que, en principio, los retos impuestos por las condiciones establecidas para el desarrollo del ejercicio semanal, habían estimulado la imaginación para producir sus relatos. En ese momento, la pantalla lanzó un destello. “Estamos de acuerdo”, comentó, sonriendo. Bueno, dijo en voz alta: “Y… mi creatividad”. La pantalla parpadeó dos veces. ¡Cómo que no!, respondió con desdén; y dirigiéndose directamente al computador, le reclamó: ¿¡Acaso tú, maldita máquina y los programas de edición, diccionario y el internet, hacen el trabajo por mi?! La pantalla titiló una vez. ¡Ha-ha!, exclamó. Y a mi imaginación, ¿dónde la dejas? ¡Tú sólo eres una máquina bajo mi mandato!...

Escucho, con estupefacción el sonido de interrupción y apagado del ordenador. Trató de reiniciarlo, sin éxito. Malhumorado, tomó papel y lápiz. Antes de comenzar a escribir, volteó hacia la computadora y le espetó: ¡Para que veas que soy independiente!


31 de enero de 2021





No hay comentarios:

Publicar un comentario