jueves, 17 de junio de 2021

HETERÓNIMA

 HETERÓNIMA

Herlinda Caballero


El recuerdo es el perfume del alma.
George Sands
Aurore Lucile Dupin de Dudevant 
1/07/1804 - 8/06/1876

Estoy frente al escritorio y el ordenador tiembla de impaciencia por llenar la albura de una etérea página de ideas que mutarán en escritura: ¿historia o ficción? Esa es la incognita… Un aroma de añoranza roza con sutileza mi mente y define el sentido del relato; en un halo de añejos recuerdos me remite a la pubertad, después de aquel suceso que pudo ser bochornoso sin la ayuda de las compañeras del salón de clase: El paso de la cándida niñéz a la arriscada adolescencia que transformó mi cuerpo y pensamiento trastornando el divertido mundo infantil en una violenta fuga hacia una identidad propia; el tratar de entender la caterva provocativa y atemorizante de sensaciones y emociones recién descubiertas. Pronto encontré el método para retener momentos y volver a disfrutarlos en la intimidad de la habitación: mi diario. Qué a los cuarenta y cinco años de vida, aún conservo. Siguiendo a la esencia hedonista de esas reminiscencias, hojeo las primeras páginas y me detengo en la celebración de los quince años de Aurelia:

“Hoy fue el primer ensayo del vals. Las cinco amigas platicábamos en la parte alta de la casa y veíamos abajo a Francisco y a sus compañeros que había invitado, para ser chambelanes. Me acerqué a Aurelia y al oído le dije, ponme de pareja de Antonio…”

Sonreí por mí atrevimiento de aquél día y me deleité rememorando sus consecuencias. Volvieron a la mente imágenes lacradas por los años y decidí escribir un relato sobre las circunstancias, sensaciones y emociones en la fiesta de quince años de Aurelia: 

…después del vals estaba agitada por el trajín de pasos y figuras del baile; también por sentir los fuertes brazos de Antonio al levantarme, suspenderme y bajarme, rozando su cuerpo. Cuando estábamos en la mesa, la orquesta comenzó a tocar una balada romántica  y la bailamos muy juntos, mejilla con mejilla…  Sentí su pecho sobre el mío y mis pezones reaccionaron al contacto; sus muslos acariciaron los míos con ritmo lento y una sensación de intenso calor, me invadió. Torpemente me separé, pedí disculpas y corrí al baño a refrescar la cara y recuperar el aliento…

—Hola, amor ¿Qué haces? —Hola, Toñito, los muchachos ya se durmieron y estoy degustando una historia. —Deja eso, te invito a hacer otra bonita historia, en nuestra recámara…

17 de junio de 2021


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