martes, 7 de marzo de 2023

Caprichos de la sinrazón

Caprichos de la sinrazón

El buscón de Zalamea


Inclinado sobre la mesa en la que trabajaba sus grabados, Francisco, dormitaba recargando su cabeza sobre el brazo derecho. El cansancio lo había vencido mientras elaboraba el número cuarenta y tres de la serie Los Caprichos: “El sueño de la razón produce monstruos”. Su mente divagaba sobre las recientes pláticas con los  amigos Bayeu y Eraso, referentes a la situación política y económica del país. Les preocupaba de sobremanera la decadencia del Imperio español con el rey Carlos IV. Eran tiempos difíciles, por la corrupción, impunidad, deslealtades e hipocresía que primaba en el reino y sus colonias, allende el mar.

En sueño intranquilo, Goya era invadido por imágenes de seres informes que en gelatinosas y horrorosas transformaciones representaban los vicios, latrocinios y vulgaridades de la vida actual de la sociedad en que habitaba.

¡Toc… toc… toc…! —oyó el pintor.

  —¿Quién toca…?

—No es la puerta, mi buen Goya, el sonido fue en  tu cabeza, acuérdate que estás sordo. 

Soy… Más bien, fui, Francisco de Quevedo, escritor muy controvertido  de hace más de un siglo. Desde que abandoné este mundo, holgazaneo en el éter buscando qué hacer. Aparte de mi gran afición por molestar a mis antiguos enemigos, como el tal Góngora y burlarme de los ángeles caídos, no hay mucha actividad por acá. En vuelo rasante por Madrid escuché la plática con tus amigos sobre la gran preocupación por el estado que guarda la monarquía y el deseo de plasmarlo en el grabado: El sueño de la razón produce monstruos. Me llamó la atención porque yo describí una situación similar en mis escritos: Sueños y discursos de verdades descubridoras de abusos, vicios y engaños, en todos los oficios y estados del mundo. Y me detuve para ayudarte a diseñar  imágenes impactantes que transmitan emociones para hacer razonar a la gente sobre sus condiciones reales de vida y no se dejen llevar por engaños de individuos que sólo buscan lucrar con la candidez e inocencia del pueblo.

Que te parece, si comenzamos por grabar las imágenes distorsionadas de jueces corruptos que se venden al mejor postor, con un monstruo de garras grandes y hocico conteniendo los restos de un supuesto infractor, para indicar que el Sistema tiene que cambiar.

—¡Scht… scht… scht…! No le hagas caso Francisco, es un transgresor, te trata de mal influenciar —lo dijo, un sujeto pequeño, togado, que se posó en su hombro y con el dedo índice en alto, le espetó:

—¡El Sistema judicial, no se toca!

—Mira, enano, en el mundo todo es perfectible,  se quiere parar la corrupción e impunidad. El mundo cambia , los sistemas también, si no, estaríamos aún en la edad media. Además ¿Quién eres tú?...

—Su consciencia social. La que le dicta lo que está bien y lo que está mal.

—Sí, ¡ja,ja,ja! la que respeta los intereses de los poderosos ¿no? Hazte a un lado, enano.

Oye Francisco, también podemos Representar la decadencia de la monarquía. Podría ser un mono barrigón, con corona y capa, arrastrando bolsas llenas de oro y unas manos harapientas saliendo de la tierra, mendigando monedas.

—¡Irreverentes!, ¡se van a condenar!

¡La monarquía, no se toca!...

—¡ Cállate, emisario de los corruptos!

Mi querido Francisco Goya, desde el éter, con la capacidad de ver el futuro, te puedo afirmar que dentro de 244 años en algún lugar de este mundo, el odio irracional y la falta de análisis sobre proyectos de mejora de la democracia, tratarán de impedir el avance de una Nación para beneficiar a una minoría de empresarios y políticos corruptos, apoyados por una desinformada clase media, utilizando la consigna:

¡El INE, no se toca!


Movió el brazo en el que se apoyaba y su cabeza se deslizó sobre la mesa, despertando de una pesadilla que no entendió del todo.


7 de marzo de 2023 





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