domingo, 5 de abril de 2015

Un mundo diferente


Un Mundo Diferente
Gárgamel
“…hasta que se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad
 y entre los distintos pueblos,será posible erradicar la violencia…”
Jorge Mario Bergoglio
Papa Francisco
—¡No, compadre! No se meta, déjelos trabajar. Permita que fluya el río de billete verde, y recoja algo del caudal. Acuérdese que hay que mandar al Secretario la aportación mensual, y aceitar la máquina del Partido para las elecciones de junio del 2015. Por nuestro bien, debemos asegurar que sigamos en el poder. Habla con “El maestro” y dile que nos autorice encerrar a algunos de sus muchachos por un tiempo… saldrán en un año.
            —¡Sí, compadre! Hablaré con él.
            —No me llames compadre… ¡soy el presidente¡ ¡Acostúmbrate al título!

—¡Señor presidente! Como lo esperábamos… en éstas elecciones del 2015 logramos la mayoría en ambas cámaras y ganamos las gubernaturas con la ayuda de nuestros partidos aliados y el de la discreta izquierda. Sólo Morena y el Partido del trabajo, nos quitaron algunas posiciones. Está bien, así demostramos al mundo que en el país hay democracia y aseguramos la elección de nuestro candidato en  2018.
           
Georg Gänswein, secretrario particular de su Santidad, les abre la puerta e introduce a la sala a los Cardenales mexicanos. Con respeto y fervor toman asiento en la pequeña sala que transmite serenidad, paz y  tranquilidad, elementos que los inducen a la confidencialidad para la que fueron requeridos. En la plática, Francisco les solicita sus comentarios sobre la situación económica, social y política, por la que atraviesa su país. El ambiente se inunda de comentarios sobre la turbiedad, violencia, inseguridad, cinismo, impunidad, latrocinios y muerte. Así como, de tristeza y desesperación por las vivencias de una corrupción generalizada de los dirigentes políticos y parte de la sociedad; le confirman que México es un país en decadencia, donde el caos priva como consecuencia de la ingobernabilidad, y la delincuencia organizada se ha apoderado del poder político y social. Después de escucharlos, los conmina a establecer una estrategia que apoye a la sociedad civil y a sus organizaciones, y se comprometan junto con él, a elevar sus oraciones al Señor para que haya un cambio.
           
¡Repriman!, ¡repriman!, repriman señores. Debemos descabezar a las organizaciones sociales que protestan, no podemos permitir la insubordinación de la ciudadanía. ¡Qué hace el gabinete de seguridad que no puede imponer el órden! Faltan sólo unos meses para la elección presidencial y en la mayoría de los Estados hay desorden, rebelión, anarquía. ¡Secretario de Gobernación! ¿Qué pasa?
            —Señor presidente, hay hambre, injusticia, sed de venganza y… los malditos curas, que asuzan al pueblo y apoyan las exigencias de los organismos sociales
            La reunión fue interrumpida por un sonido estruendoso, el estallamiento de los cristales de la sala;  el traquetéo de ametralladoras enmudeció y aterrorizó a todos. El fuego y el humo saturaron el ambiente, el desplazamiento de soldados y civiles atropellándose, confundidos entre la defensa y el escape de la Casa de Gobierno. En poco tiempo los rebeldes dominaron la situación. Militares y civiles se reconocieron pueblo y se rindió la plaza. Los representantes de la sociedad civil desconocen los poderes establecidos, toman el poder y prometen un gobierno de transición y nacionalista. Un nuevo pacto social. Transparecia y honradéz en el manejo de los recursos del país.   

En la oscuridad de una calle sin alumbrado, salpicados por el agua de los charcos y sufriéndo con el hedor de las emanaciones de basureros cercanos, caminan apresuradamente acompañados por ladridos lastimeros y el paso fugáz de algunas ratas. Huyen hacia el Estado de México, donde buscarán refugio. Un rayo de luna le ilumina el rostro; ya la angustía y desesperación, borraron el gesto triunfador de su estulticia e insustancialidad. Rapado disimula su soberbia; andrajoso, sucio y luchando por su vida… por fin se acercó al sentir de su pueblo.
            —Una hora más y llegaremos a dónde nos ocultarán, señor Presidente.
            —No me llames presidente… ¡soy tu compadre¡  ¡No me ventanees!
           

5 de abril de 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario