domingo, 9 de julio de 2017

Entre paredes

Entre paredes
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En un día plagado de detenciones por actos violentos, hechos de sangre y robos, el detective Godínez trataba de descansar en su oficina. Recostado sobre el sillón pensaba en el aumento de la violencia. Atribuía el origen al capitalismo depredador en el que vivimos, la deficiente educación de la mayoría de la población, la baja productividad y falta de oportunidades de trabajo. Sobre todas éstas: la clase política corrupta e inepta que gobierna para su beneficio, extrayendo los recursos  de la nación y empobreciendo a sus habitantes. Esto no puede concluir más que en el caos, la violencia extrema. Tenía razón Hobbes: “El hombre es el lobo del hombre”, pensó.
El timbrar del teléfono perturbó su introspección.
Detective Godínez, ¿quién habla?
El doctor Mireles, Director del Museo Nacional de Culturas. Quiero reportar el robo de la mortaja del príncipe Liu Sheng, de la dinastía Han del Oeste de China, que el museo tenía en custodia en una exposición de la cultura china.

Durante el recorrido, Godínez comentaba con su subalterno: …Sí, Varelita, Moneda es de las calles más antiguas de la ciudad, tiene cientos de años prácticamente sin modificar su fisonomía. La capital de la Nueva España tuvo en  ella  la primera universidad, imprenta y, academia de Bellas Artes del continente americano. Y antes del museo, estuvo la primer casa de moneda de América, construida sobre las “casa nuevas” de Moctezuma, a un costado del Palacio Virreinal.
            Bajaron de la patrulla y la temperatura del mediodía los agredió, sofocándolos. Godínez, en mangas de camisa dejaba ver sus gruesos tirantes sosteniendo el pantalón. Con el saco en el antebrazo, volteó a ver el Antiguo Palacio del Arzobispado cuyo color rojo destaca entre todos los edificios de la calle. Retomó su camino y enfrentó las columnas de cantera del Museo Nacional de Culturas, y el grandioso balcón coronado con el escudo nacional forjado en hierro. Penetraron hasta el vestíbulo, y frente al mural "La Revolución", del pintor Rufino Tamayo, fueron recibidos por el Director. Les explicó que la mortaja de más de dos mil años de antigüedad, elaborada con 2,500 placas de jade unidas con hilos de oro, fue  robada la noche anterior. Las alarmas fueron desactivadas, los guardias nocturnos no se habían percatado de nada y sólo las cámaras de vigilancia, filmaron la presencia de tres individuos que descendían por una cuerda desde la claraboya del techo. Consideró imposible que hubieran sacado la mortaja por el mismo lugar, no hubiera cabido.
            El detective Godínez y el cabo Varela, acompañados del director, recorrieron las salas de las diferentes culturas, deteniéndose particularmente en las dos secciones del área china: la  relacionada con el taoísmo y el confucianismo, y la de la ruta de la seda, en el siglo II antes de nuestra era. Godínez chasqueaba eventualmente la boca al recorrer los pasillos con pasos cansados, y movía la cabeza negando y asintiendo, como si conversara con alguien.
            Al terminar el recorrido, ordenó el análisis del lugar por el equipo especializado, en busca de huellas digitales y otros elementos que permitieran detectar algún rastro dejado por los ladrones. Preguntó al director la fecha del término de la exposición, el inicio de la próxima y quedó a su disposición para darle informes sobre el avance de las investigaciones. Llegando a la oficina, le dio instrucciones precisas al cabo Varela, comisionándolo para atenderlas durante el mes.

¾Detective Godínez, ya están desmontando la exposición, le comunicó Varela, telefónicamente.
¾Lleva diez hombres y haz lo que habíamos planeado.
            El cabo Varela llegó al museo y observó el desmantelamiento de las mamparas de la exposición, y preguntó al jefe de mantenimiento a dónde las llevarían. Unas irían a reciclarse a la compañía que les surtía el material y unas pocas a un almacén de la empresa “Mantenimiento Integral¨ que las había adquirido como material de desecho.

         —Jefe, tenía razón, requisamos las mamparas compradas por ¨Mantenimiento Integral”, separamos las hojas de triplay y , efectivamente en una de ellas, venía la mortaja. Ah y ¡Qué cree! El dueño de la empresa, es cuñado del director del Museo. Ya están detenidos.
            ¡Bien, Varelita!, haz el informe y te espero en el bar para celebrar.

9 de julio de 2017

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