miércoles, 13 de junio de 2018

El tesoro



El tesoro


Gárgamel

Las cuatro lunas iluminaban el torbellino que arrastraba miles de toneladas de cristales de metano formando un muro vibrante y avasallador. La oruga mecánica se aferraba al oleaje de dunas, penetrándolas para encontrar la fortaleza que resguardaba el tesoro de la Civilización Paal: “El elemento original del Universo”, la partícula que dio vida a todo. El vehículo avanzaba rebasándo montañas de máquinas destrozadas, producto de cientos de miles de intentos frustrados.
El plan era desenergizar al eterno guardián los científicos, por fin, habían desarrollado el arma. Al acercarse a la fortaleza, una enorme llamarada iluminó el firmamento y la nave comenzó a arder, a dar tumbos y ser comprimida.
¡Ur!, activa el escudo!... y ¡enciende el desenergizador! gritó el capitán.
El equipo, con enorme esfuerzo, absorbía la viscosa materia brillante, enlutando el entorno. El guardián rugía con desesperación, al perder fuerza, explosiones  de energía, rayos y torbellinos incandescentes . La ferocidad se eclipsó  al diluirse en la negrura total.
¡Vamos por el tesoro!, Grost gritó Ur, ¡enciende la oruga!
Los motores zumbaron brevemente, tosieron, y… el silencio castrante amancilló nuevamente la ambición, en la profundidad eterna del Universo. 

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