domingo, 2 de diciembre de 2018

Ultima esperanza (mini ficción)


Ultima esperanza

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Soraya se dejaba llevar por el ritmo de los timbales, su cuerpo ondulante se acercaba con movimientos provocativos al Emir que contemplaba el rubí desplazarse de una mano a la otra, en complicados arabescos. La joya era la promesa para lograr la excitación sexual del anciano caudillo, que con abotagados ojos reflejaba su lujuria, mientras balanceaba su obeso cuerpo al ritmo de la música. Terminó la canción y el mandatario soltó un sonoro: ¡No!... ¡mátenla!

La bailarina se enfrentó al monarca y le gritó: "¡Hoy, no!... será mañana", al momento de tragarse la joya.


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