sábado, 17 de abril de 2021

La venganza del dragón

 La venganza del dragón

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—Puedes despedirla, Juan, nada más dame una semana. No se lo digas a nadie.

Era el viernes prometido Flavio, hijo del dueño de la empresa, la esperaba a una cuadra de distancia. La invitó a comer y después de algunos tragos… al hotel. La había asediado durante varios meses, sin resultado. Le sorprendió que ahora hubiera aceptado.

Judith, con la seguridad del animal de presa, se desvistió lentamente, mientras Flavio observaba su excelente figura; al desvelar la espalda y quedar desnuda, él observó el magnifico tatuaje que decoraba la región lumbar: un dragón, cuya cola lindaba con los glúteos. Intrigado, preguntó por el significado. Es la imagen del guardián de la familia a través de generaciones, se le atribuye ser sabio, poderoso y vengativo, dijo ella. Sin prestarle mayor atención al asunto, Flavio comenzó con las caricias…

El sabor salado del sudor al recorrer lentamente con la lengua el dibujo del dragón que extendía sus alas en la espalda de Judith, excitó sus papilas gustativas; el tatuaje cobró vida con las contorsiones de placer que con lentitud descendieron hacia las caderas. Cuando la vehemente sensación de éxtasis alcanzó la cola del reptil, las manos de Flavio prensaron los turgentes glúteos con brusca suavidad y la sensualidad exacerbada, abrió las piernas…

Judith pasó a la oficina del gerente administrativo de la empresa. El funcionario le explicó que debido a que la compañía estaba sufriendo pérdidas por la falta de ventas, se veía en la necesidad de reducir personal, le agradeció sus servicios a lo largo de diez años; con un guiño y una sonrisa, le entregó un sobre con su liquidación.

Flavio abrió la correspondencia. Las fotografías del sobre mostraban la cola del dragón acariciada por la ágil lengua del junior. En el mensaje anexo: “Recontratación o confirmación en familia, tengo la grabación”.

17 de marzo de 2021


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