martes, 14 de febrero de 2023

Un mundo sin ataduras

 Un mundo sin ataduras

El buscón de Zalamea

La vergonzosa luz penumbraba con gasas etéreas las paredes arcillosas del callejón empedrado que desembocaba a la plazoleta del Pozo Caxal. La negrura de la noche protegía diaramente un encuentro amoroso. 

Raquel y Fernando se habían conocido en el bazar de telas del judío más importante de la ciudad, Leví Abraham. Prestigiado en la Corte de Carlos I de España, por su riqueza y  liderazgo en la colectividad. También distinguido, por la gran codicia y carácter violento. Ella era su hija, la que celosamente cuidaba para desposarla con Abetar Pimentel, comerciante en joyería y de una riqueza respetable. El pretendiente era treinta años mayor que Raquel. Por supuesto que ella se había rebelado a concretar dicho compromiso, pero el autoritarismo paternal había establecido sentencia:

 —¡A más tardar, la boda se realizará en tres meses! le dijo, perentoriamente.

Ante la estricta prohibición de intimar con cristianos, Raquel y Fernando comenzaron a citarse en el pozo Caxal, por las madrugadas. 

La fría soledad de la noche reverberó el eco de los pasos cautelosos de Don Fernando de Alcalá, avanzaba precedido por humeante antorcha. A la distancia, una luz titubeante, apenas perceptible, columbraba la imagen difusa del pozo y el contorno desvaído de su amada. Apresuró el paso y en momentos, la tuvo en sus brazos. Sintió el calor radiante de sus mejillas arropadas por la capucha que portaba. Acercó su boca a la de ella y la besó profusamente, transmitiéndole en cada ósculo la ternura y el amor profundo que sentía, la necesidad y el deseo de vivir en un mundo sin las ataduras de las normas sociales. Raquel se estrechó a él, percibiendo su palpitar frenético. Al sentir su vitalidad, se ruborizó encendiendo más su pasión. Confundidos en el momento amatorio, no se percataron del taconeo ruidoso y veloz que se aproximaba, hasta oír el grito colérico de Levi: ¡Apártate, Raquel, que voy a matar a tú amante!... La daga, con la fuerza del odio exacerbado, penetró primero la espalda de Fernando y después varias veces el resto del cuerpo. Profiriendo gritos guturales se dobló sobre el brocal y, lentamente, se deslizó hacia el fondo, impactándolo con un retardado sonido hueco y húmedo. Raquel se volvió contra su padre golpeando sus puños sobre el pecho. En histérico desplante y gritando, ¡Asesino, asesino! se dirigió al pozo y saltó al vacío para partir con su amado a un mundo sin ataduras…

Gracias a sus influencias, Levi no fue procesado. Es una verdad que la justicia terrenal puede ser comprada, el dinero soborna conciencias y deshace lealtades. 

La sentencia permanente de un remordimiento interno, laceró el alma de Levi, carcomiendo las noches del resto de su existencia con la pesadilla de los amantes junto al pozo y sonriéndole… desde un mundo sin ataduras.

14 de febrero de 2023



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