16 de marzo de
2009
Gárgamel
Comadre que no le mueve
las caderas al compadre
no es comadre.
Refrán
popular
Esa fecha, cambió mi vida. Prudencio
llamó a la carpintería para celebrar el día del Compadre en su casa. Quise
resistirme, pero insistió: —Nomás una, Pedro, para que no pase desapercibido
nuestro cariño. Como mi comadre está de muy buen ver, y le bauticé al niño, me sentí obligado y fui. Después
de varias horas de recrearme la vista y tomar tequila, me despedí porque tenía
que entregar unos muebles. Estaba cortando las tablas y pensando en la anatomía de mi comadre, cuando
de repente vi manchas en la madera y mi mano sangrante, sin el dedo índice. Lo
recogí e injertaron en el hospital, pero desde entonces quedó rígido. Dejé la
carpintería por temor a usar las máquinas y me dediqué a jugar dominó de
apuesta en la cantina. Ahí fue donde me
localizaron los verdes, me propusieron sacarle partido a mi dedo erecto. Ahora
soy diputado y lo utilizo frecuentemente; los contrincantes temen a mis
señalamientos y me llaman "Pedro el admonitorio".
10 de octubre de 2015
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