martes, 12 de julio de 2016

El diligente rayo









El Diligente rayo


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En la tarde lluviosa, el tendero correteaba al escuincle que le había robado varias barras de chocolate. Agitado y sudoroso, veía que se alejaba  a pesar del esfuerzo que hacía por alcanzarlo. Se paró, y levantando los brazos al cielo, imploró al Divino: ¡Qué lo parta un rayo! ¡Broooommm!, se escuchó como respuesta inmediata del elíseo y… desde entonces son dos gemelos los que lo roban.



12 de julio de 2016

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