miércoles, 4 de junio de 2014

El diario

El diario

Recurro a mi diario como un católico a su confesor.
David Mitchell

Lunes 12
Ellos creen que por ser mis padres saben qué me conviene, desprecian a Arnoldo porque es pobre. Creo firmemente en su amor y por primera vez en mis treinta y cinco años confío plenamente en un hombre. Nunca es tarde para otorgar tu confianza, me dijo, y lo recalca día con día. Hace un mes que lo conozco y pareciera que fuera de toda la vida. ¡Lo amo!

Martes 13
Al salir del trabajo, Arnoldo me llevó a pasear al bosque y escondidos entre los viejos árboles me acarició provocativamente. Me besó por todo el cuerpo y exploró con dedos ágiles las partes íntimas de mi ser. Nunca había sentido tanto gozo. Acostados bajo un árbol, con la ternura que le caracteriza, me pidió una prueba de amor. En contra de mi religión y mis creencias, estaba dispuesta a dársela; esperaba que en un hotel me iniciara en el rito amoroso. Mas no, con lágrimas en los ojos confesó que tenía un problema económico momentáneo, que lo resolvería la próxima semana, y me pidió prestados mis ahorros, prometió pagar los mismos intereses que el banco. Confío en él,  mañana extenderé el cheque.

Miércoles 14
Arnoldo pasó en la mañana por el cheque y lo cambió de inmediato para pagar las diferencias en sus negocios. Me dice que la próxima semana cobra unos pedidos y me paga el capital e intereses. Me da cargo de conciencia recibir intereses por el préstamo, pero él insistió.
            Tan lindo Arnoldo, me envió un gran ramo de rosas rojas al trabajo. Nos queremos y pensamos casarnos pronto, ya lo platicamos. ¡Qué emoción!  

Jueves 15
No les he contado a ellos que le presté dinero a Arnoldo. Seguramente si se enteran, tendrán más armas para criticarlo.
            Es raro, pero Arnoldo no se comunicó en todo el día. Creo que le ha costado un poco de trabajo arreglar los asuntos pendientes. Lo extraño. Quiero platicarle que tuve un sueño erótico con él. Se va a emocionar. Espero no me dé pena comentárselo.

Martes 21
Estoy desesperada. He tratado de comunicarme con Arnoldo y no lo encuentro. Fui a su trabajo y dicen que no lo conocen. No  entiendo, aunque él me había advertido que por la secrecía de sus operaciones, los empleados tienen órdenes de negar conocerlo.
            Sin saber qué hacer, le comuniqué a mis padres la desaparición de Arnoldo y el préstamo de mis ahorros.
            Mi padre comprensivo, me consoló y me dijo que no me preocupara, de algo habría de servir ser director de la Policía Judicial.
           
Sábado 24
Hoy me tranquilicé un poco al informarme mis padres que el dinero prestado ya estaba depositado en mi cuenta. Supongo que Arnoldo cobró anticipadamente el monto que le debían. Resultó un poco extraño que no vinieran incluidos los intereses. No importa, si ya depositó el capital, creo que pronto aparecerá él.

Domingo 25
Casi me desmayo de la impresión al enterarme en la celebración de la misa, del accidente  automovilístico que sufrió Arnoldo y de su trágica muerte. He llorado toda la tarde. No comprendo mi mala suerte, Arnoldo es el tercero de mis novios que muere accidentado.
            Mis padres, atribulados y con el deseo de que me reponga del trance por el que estoy pasando, me están organizando un crucero por las islas griegas.




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