“SUSPESIÓN
DE ACTIVIDADES”
Contigo
me iría gratis… le dijo al oído, y se alejó con un dejo de coquetería y una
sonrisa incitadora. Caminó balanceando provocativamente la cadera, y dejando
translucir en su andar la diminuta ropa interior cubierta por la tersura del vestido corto, adherido
al cuerpo.
La siguió a distancia hasta que abandonó el bar por la
puerta trasera. El callejón oscuro al que desembocaba el lupanar escondió la atrayente
figura, y sólo el sonido del taconeo delató el movimiento en la penumbra. Caminaba
despacio, segura de que era seguida de cerca
por el sujeto que había enganchado con su seductora provocación.
Sintió el jalón que la aprisionó contra el muro y el abrazo
cercándola, el cuerpo que le impedía el
escape, del que no deseaba huir; las caricias ardientes y apresuradas que él
intentó inmediatamente, buscaban una respuesta de igual intensidad; los besos apasionados,
acicateados por una lengua vivaz, húmeda y caliente, estimulándo
el apetito sexual, provocaron su excitación. Se dejó llevar por la fogosidad
del momento, y en un frotar de cuerpos, sudores y gemidos que se prolongó por
minutos, terminaron recostados en los adoquines del estrecho callejón.
¾Soy Juana y trabajo en éste
lugar. Me gustaste desde hace tiempo que te vi. No me había acercado, porque me
vigilan; sólo convivo con los clientes que el Chueco me escoge. Ahora escapé, pero no puedo hacerlo seguido. Dame
tu número de celular y te aviso cuando podamos vernos. Y, tú ¿Quién eres?
¾Soy Guillermo, el Memo me dicen los cuates. Bueno, me
decían, ahora me llaman el Memijes,
porque así se llama la compañía de anuncios espectaculares en la que trabajo.
¾¿Pegas anuncios de los que están en las azoteas y los muros?
¾Sí. Cuando veas un anuncio
que diga: “DISPONIBILIDAD”, es señal de que pronto llegaré a darle color con un
comercial; y si lo que ves es: “CLAUSURADO” o “EN SUSPENSIÓN DE ACTIVIDADES”,
es que ya me quitaron el trabajo ¾dijo sonriendo.
Siguieron
frecuentándose subrepticiamente cada que había una oportunidad. La relación
creció en un compromiso sentimental y, comenzaron a planear la fuga. La fecha
se fijó para el domingo dieciocho de octubre. Ella saldría de compras a una
tienda departamental ¾como siempre, acompañada por un guardián. Se
escaparía por el vestidor, él la esperaría afuera en un vehículo.
Escogió varias
prendas y se metió al probador. Después de un rato, salió y escogió otras más;
siguió haciéndolo bajo la mirada aburrida del guardián en turno. Sentado,
observaba el almacén, paseando su mirada a su alrededor. Movió su mano para
cambiar de posición y rozó el bolso de la chica, con curiosidad lo abrió y
comenzó a hurgar: pañuelos desechables, lápices, encendedor, cigarrillos…
teléfono celular. Lo encendió y vio su directorio; llamó su atención un
contacto identificado con el número uno. Marcó y, contestó una voz varonil…
El
noticiero matutino informó:
“Un
hombre de unos 25 años, fue hallado colgado de un puente de la delegación Iztapalapa,
en la Ciudad de México, presentaba dos disparos de arma de fuego en la cabeza. El cuerpo vestía pantalón de mezclilla, playera obscura y estaba descalzo. Se localizó una cartulina a varios
metros, con una rara sentencia en
clave, que será analizada por personal especializado, decía:
¡Ahora sí, Cabrón!, estás ¡CLAUSURADO!… en ¡SUSPESIÓN
DE ACTIVIDADES!.
8 de noviembre de 2015
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