domingo, 8 de noviembre de 2015

"SUSPENSIÓN DE ACTIVIDADES"

“SUSPESIÓN DE ACTIVIDADES”



Contigo me iría gratis… le dijo al oído, y se alejó con un dejo de coquetería y una sonrisa incitadora. Caminó balanceando provocativamente la cadera, y dejando translucir en su andar la diminuta ropa interior  cubierta por la tersura del vestido corto, adherido al cuerpo.
La siguió a distancia hasta que abandonó el bar por la puerta trasera. El callejón oscuro al que desembocaba el lupanar escondió la atrayente figura, y sólo el sonido del taconeo delató el movimiento en la penumbra. Caminaba despacio, segura de que era seguida de cerca  por el sujeto que había enganchado con su seductora provocación.
Sintió el jalón que la aprisionó contra el muro y el abrazo cercándola,  el cuerpo que le impedía el escape, del que no deseaba huir; las caricias ardientes y apresuradas que él intentó inmediatamente, buscaban una respuesta de igual intensidad; los besos apasionados,  acicateados  por una lengua vivaz, húmeda y caliente, estimulándo el apetito sexual, provocaron su excitación. Se dejó llevar por la fogosidad del momento, y en un frotar de cuerpos, sudores y gemidos que se prolongó por minutos, terminaron recostados en los adoquines del estrecho callejón.
¾Soy Juana y trabajo en éste lugar. Me gustaste desde hace tiempo que te vi. No me había acercado, porque me vigilan; sólo convivo con los clientes que el Chueco me escoge. Ahora escapé, pero no puedo hacerlo seguido. Dame tu número de celular y te aviso cuando podamos vernos. Y, tú ¿Quién eres?
¾Soy Guillermo, el Memo me dicen los cuates. Bueno, me decían, ahora me llaman el Memijes, porque así se llama la compañía de anuncios espectaculares en la que trabajo.
¾¿Pegas anuncios  de los que están en las azoteas y los muros?
¾Sí. Cuando veas un anuncio que diga: “DISPONIBILIDAD”, es señal de que pronto llegaré a darle color con un comercial; y si lo que ves es: “CLAUSURADO” o “EN SUSPENSIÓN DE ACTIVIDADES”, es que ya me quitaron el trabajo ¾dijo sonriendo.
Siguieron frecuentándose subrepticiamente cada que había una oportunidad. La relación creció en un compromiso sentimental y, comenzaron a planear la fuga. La fecha se fijó para el domingo dieciocho de octubre. Ella saldría de compras a una tienda departamental ¾como siempre, acompañada por un guardián. Se escaparía por el vestidor, él la esperaría afuera en un vehículo.

Escogió varias prendas y se metió al probador. Después de un rato, salió y escogió otras más; siguió haciéndolo bajo la mirada aburrida del guardián en turno. Sentado, observaba el almacén, paseando su mirada a su alrededor. Movió su mano para cambiar de posición y rozó el bolso de la chica, con curiosidad lo abrió y comenzó a hurgar: pañuelos desechables, lápices, encendedor, cigarrillos… teléfono celular. Lo encendió y vio su directorio; llamó su atención un contacto identificado con el número uno. Marcó y, contestó una voz varonil…

El noticiero matutino informó:
“Un hombre de unos 25 años, fue hallado colgado de un puente de la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México, presentaba dos disparos de arma de fuego en la cabeza. El cuerpo vestía pantalón de mezclilla, playera obscura y estaba descalzo. Se localizó una cartulina a varios metros,  con una rara sentencia en clave, que será analizada por personal especializado, decía:
¡Ahora sí, Cabrón!, estás ¡CLAUSURADO!…   en ¡SUSPESIÓN DE ACTIVIDADES!.


8 de noviembre de 2015

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