Bella
Jorge Llera Martínez
Era Afrodita la más bella de las diosas del Olimpo. Todos los dioses y
mortales la admiraban y para acrecentar el deseo que provocaba, ceñía su toga con un cinturón mágico que inducía en ellos la necesidad de
amarla. Vanidosa y orgullosa, aceptó casárse con Hefesto el dios del fuego, con la finalidad de
complacer a Zeus. Hegesto era cojo de nacimiento; un Hombre feo, sudoroso, con
la barba desaliñada, el pecho siempre descubierto y eternamente trabajando en la
fragua. Destacaba por su enorme bondad y la simpatía que generaba en el Olimpo. Era un dios querido; admirado
y envidiado por su relación amorosa.
Durante su matrimonio, nacieron tres hijos: Deimos (el
espanto) y Fobos (el miedo) - ambos de muy malas costumbres y pésimos sentimientos - y Armonía, una mujer bella y amable.
Llegó una tarde Hefesto a la morada
de Baco y lo encontró con Helíos (Dios sol) bebiendo néctar y comiendo ambrosía.
- siéntate Hefesto y comparte con
nosotros tu tiempo y los alimentos.
Así lo hizo y después de algún tiempo de convivir y con el
ambiente relajado por el néctar bebido, se levantó Helíos y acercándose a Hefesto le dijo
- Hefesto, por la gran estimación que te tengo, debo decirte que la bella Afrodita te engaña. Ayer por la tarde, al
terminar mi ronda, mientras recogía los últimos rayos para irme a descansar, vi a tu mujer en sus
aposentos en los brazos de Ares (Dios de la guerra).
Hefesto se levantó súbitamente, con el rostro lívido y desencajado se despidió de sus amigos y abandonó el lugar.
Anduvo vagando, rumiando su dolor y analizando si algún tipo de comportamiento de su parte había orillado a Afrodita
a engañarlo. Después de algún tiempo llego a la conclusión que ella siempre había sido vanidosa y coqueta; que
le gustaba atraer a los hombres y
hacerlos sus súbditos.
Más tarde, tranquilo, pero con
el firme deseo de venganza, urdió un plan que inició a desarrollarlo de inmediato.
Fue a visitar a Palas atenea (Diosa de la Sabiduría) la que le debía varios favores y le pidió que invitara a Afrodita a pasar una semana con ella. Lo
cual hizo ella de buen grado.
Y trabajó en su taller ese tiempo, día y noche.
Cuando regresó Afrodita, Hefesto, pretextó un viaje para hacer unos trabajos.
No bien se había ido, cuando los amantes se
volcaron apasionadamente en el lecho de Afrodita y estaban en tal trance cuando
del techo les cayó una malla muy fina de metal
que los aprisionó de tal forma que impidió cualquier movimiento.
Hefestos llamó a todos los dioses del Olimpo
para que sorprendieran a los amantes. Así que todos entraron precedidos
por Hefestos, rieron y se burlaron de ellos.
Hefestos pidió justicia a Zeus.
Apolo propuso que se quedara Afrodita con él a expiar su culpa, Hermes quiso que los encerraran en la
misma celda para cumplir con ella la pena y, Poseidón, sin más tramites le propuso a
Hefestos cubrir la cantidad en monedas de lo que él había pagado por ella.
Ante tal situación, Zeus sólo determinó un exilo temporal a la isla
de Creta y para Ares a Tracia.
Afrodita regresó pronto a vivir el amor.
15 de Enero del 2012
Tomado de la Mitología Griega
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