La persecución
Jorge Llera
Martínez
Los tenía muy cerca, había corrido casi tres cuadras,
estaba fatigado y muy cansado, no podía dejar que lo alcanzaran porque la
venganza sería terrible.
Quería decirles que era inocente, que sólo estaba ahí
cuando sucedió, pero esto no lo entenderían. Eran cinco individuos que lo
habían visto acercarse al cuerpo, ya sin vida, de su amigo.
Lo había hecho
para auxiliarlo, para ver si podía hacer algo por él.
Menos le creerían, porque lo amenazó de muerte
recientemente cuando le propinaron una golpiza a su hermano.
Le faltaba la respiración, jadeaba a cada paso y cada vez
se acortaba más la distancia que los separaba. Tropezó al tratar de saltar un
vado y dos individuos lo alcanzaron.
Uno de ellos lo comenzó a ahorcar, mientras que el otro
le clavaba un cuchillo en el vientre. En eso llegaron los tres restantes y
comenzaron a patearlo. Desesperado por no poder respirar, más que por los
golpes que estaba recibiendo, trató de quitar las manos que le oprimían su
cuello...pero no lo logró. Poco a poco se fue desvaneciendo, le abandonaron las
fuerzas y se dejó ir...
Una voz imperiosa
le ordenó:
-¡Despierta Mateo! Otra vez tienes pesadillas
Una bocanada de aire entró a sus pulmones y poco a poco
se le regularizó el pulso y la respiración.
6 de octubre de 2011.
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