El senador
Interrumpimos el programa para dar a
conocer una noticia de importancia nacional, acaecida hace algunos
minutos: El candidato a la presidencia
de la República, Senador René Valdivia Ontiveros, del Partido Republicano y líder de la
mayoría en el Congreso, es acusado del homicidio de su amante, la conocida
locutora Roxana Fuentes. El hecho aconteció en un departamento del exclusivo
condominio Palmas, ubicado en la avenida del mismo nombre, en la Colonia Lomas de Chapultepec, en esta ciudad. Los
vecinos se percataron del suceso al escuchar gritos estridentes en el
departamento y acudir en auxilio de la
mujer que los emitía. En la entrada,
la mujer lloraba desgarradoramente y el cuerpo sangrante de la locutora, yacía
sin vida. Seguiremos informando en el transcurso del programa
- Senador,
soy el teniente Raúl Anguiano, encargado de la investigación del caso por parte
de la Procuraduría General de la República.
- ¡Es una
trampa! , ¡Estos desgraciados me quieren implicar en un crimen para sacarme de la jugada! ¡Yo estaba en el
baño cuando comencé a oír los gritos de Rocío mi asistente, salí y me encontré
con la escena de Roxana degollada en la cama!
¿Cómo iba a asesinarla,
si estábamos disfrutando de unos momentos de intimidad? Además, a esta hora Rocío
me trae la síntesis noticiosa y los acuerdos de la Cámara, por lo que la
estábamos esperando.
- Encontramos
la navaja que utiliza para rasurarse, con rastros de sangre de ella.
-Sí, acababa
de rasurarme con la navaja con que siempre lo hago, una navaja de peluquero que
me regaló mi abuelo, y la había dejado
en el lavabo cuando oí el grito.
Siguieron
interrogándolo durante toda la noche y lo dejaron ir por gozar de fuero
político, no sin advertirle que lo volverían a llamar y que no debía abandonar
el país.
Los
interrogatorios siguieron al día siguiente:
- Siéntese
Rocío y dígame ¿Que fue lo que vio?
- Llegué al
departamento a las ocho de la noche, como se costumbre, abrí la puerta con la
llave que siempre traigo conmigo y vi a Roxana recostada de lado, como si
estuviera durmiendo. Traía puesto un negligé azul y zapatillas del mismo color. Me extrañó que no
se percatara de mi presencia, ya que era de sueño ligero. Me acerque para
indicarle que ya estaba ahí, cuando me percaté que de su cuello resbalaba un
hilo de sangre; me acerqué más y vi que
tenía la garganta destrozada y que no era un hilo de sangre, sino borbotones lo
que escurría por su cuello.
¡No me pude
controlar y grité de miedo y dolor por
el daño que le habían hecho a mi amiga!. En ese momento llegaron los vecinos y
el Senador salió del baño.
- ¿Cómo era
la relación entre ellos?¿Había armonía?
- Bueno,
últimamente tenían pleitos frecuentes porque ella quería que se casaran antes
de que él contendiera por la Presidencia de la República, y él se resistía
porque quería dar la imagen de una familia consolidada. Ella lo amenazó varias
veces con utilizar los medios informativos, para sacar a luz su romance.
El proceso
de desafuero estaba en marcha en el Congreso, para facilitar el inicio del
juicio penal. Los periódicos atizaban el fuego y ya lo habían declarado
culpable. Era la noticia de la semana y tal vez del año.
Días
después, en las oficinas de la Procuraduría, el teniente Anguiano nuevamente
interrogó a Rocío y le señaló que habían
investigado las finanzas de su marido y resulto que meses atrás estaba
endeudado hasta el cuello con varios prestamistas, que tenían pagarés firmados
por varios cientos de miles de peso y que hace días, milagrosamente, todos
fueron cubiertos. ¿Sabía ella de dónde provenían los recursos?.
Dijo que
habían sido prestamos de amigos, pero cuando comenzaron a presionar, comenzó a
tartamudear, sus respuestas eran incongruentes, las manos le sudaban, su
respiración era entrecortada. Se movía intranquila en la silla, tratando de
encontrar una respuesta que fuera creíble, hasta que soltó el llanto y comenzó
su declaración:
-¡Él me
obligó! ¡dijo que me mataría si no lo apoyaba!, ¡que si no conseguía el dinero
iban a liquidar a toda mi familia!... Por eso tuve que ayudarle.
Manifestó
qué había abierto habitación y al encontrar a Roxana dormida, entró su esposo.
Con una almohada le tapó el rostro para que no se oyera ruido y le cercenó el cuello con una navaja de
peluquero, igual a la que usaba el Senador. Inmediatamente salió de la
habitación. Antes de gritar, ella empapó un pañuelo con la sangre de Roxana.
Cuando el
Senador y los vecinos estaban en la recámara, aprovecho un momento para entrar
al baño y mojar con sangre la navaja.
El periódico
del día de hoy, menciona que varios políticos importantes, de diferentes
partidos, están desaparecidos y la policía anda tras de ellos.
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